Título: Títeres de la Magia
Autor: Iria G. Parente y Selene M. Pascual
Año de Publicación: 2016
Editorial: Nocturna Ediciones
Número de Páginas: 521
Precio: 16€
ISBN: 978-84-945277-3-9

MARABILIA #2

Sinopsis: Los nigromantes de la Torre de Idyll no son como dicen los cuentos. Allí nadie sacrifica doncellas ni juega con la muerte, sólo se estudia entre libros y hechizos.
Clarence, que siempre ha vivido ahí, adora esa calma.
Hazan, que conoce el mundo exterior, comienza a cansarse de ella.
Sin embargo, cuando unos venenos letales empiezan a comercializarse por toda Marabilia, ambos deben abandonar esa paz. Alguien tiene que encontrar un antídoto con urgencia... aun si el precio a cambio es uno mismo.

Títeres de la Magia está contado desde la perspectiva de Hazan, que llegó a la Torre de Nigromancia de Idyll hace tres años, al terminar la aventura vivida junto a Arthmael y Lynne en Sueños de Piedra (Marabilia #1), y desde la de Clarence, el tutor de Hazan, que no ha visto ningún otro lugar que no fuera ese en toda su vida. Pero, pese a todo, tendrá que emprender una aventura, en la compañía de su aprendiz, en cuanto le sea encomendada la tarea de encontrar el antídoto para unos venenos que están siendo comercializados por Marabilia. ¿Serán capaces de completar la misión?

Yo llevaba leídas unas 150 páginas de la anterior entrega de la serie, cuando me di cuenta de que estaba, por decirlo de alguna manera, atascado en su lectura. Así que, como ambos libros se pueden leer como independientes, aunque en Títeres se cuenten pequeños detalles sobre el final del anterior, decidí comenzarlo. Y creo que fue lo mejor que podía haber hecho.

Títeres. Es como si fuéramos títeres en manos de la magia. O quizá títeres de nuestros propios sueños. Puede que en algún momento nosotros dejásemos de dominarlos y ellos nos dominasen a nosotros.

Oh, la trama. Esa trama que consiguió engancharme tanto los primeros días, hasta el punto de leer unas 100 páginas del tirón, aunque luego bastante redujera el ritmo de lectura, a pesar de que lo estuviese disfrutando más que al principio. A lo anterior hay que sumarle sus giros argumentales, algunos más esperados que otros, que hacen que uno quiera seguir leyendo

En mi opinión, Iria y Selene han hecho un gran trabajo con los personajes; sobre todo, con los principales. Han ahondado tanto en su caracterización, ya que tienen personalidades bastante distinguibles, como en su evolución, pues lo que acontece durante la historia los hace madurar de una manera u otra.

A pesar de estar ambientado muchos años atrás, las autoras han conseguido un libro muy actual. Principalmente han tratado temas como el fracaso o las inseguridades de uno mismo, pero también han tocado la sensibilidad humana, la amistad, la confianza, la superación, el opinar antes de saber o la familia. Y lo más importante de todo, han conseguido que reflexione sobras ciertas escenas de la historia, y también que ría y que llore.

No puedo pasar  por alto tampoco otro de logros de la novela: conseguir aumentar mi interés por la fantasía. No sé si es la primera que leo de este género, pero sí una de ellas. Y después de esta, solo sé que quiero leer más de esta temática.

Si veis mi ejemplar, lo que más os llamará la atención a simple vista es la cantidad de post-its que tiene, junto con las numerosas esquina dobladas -método que utilizaba cuando no tenía los anteriores a mano-. Muchas de esas marcas están ahí por una misma razón: el estilo de Iria y Selene, la manera de la que ellas han contado la historia. Y es que, como bien explicó recientemente mi profesor de lengua, por mucho que un texto hable de lo mismo que otro, la forma en la que este esté escrito lo diferencia de cualquier otro. Para mí, Títeres de la Magia no es cualquier otro.

En conclusión, una historia de fantasía que, en el fondo, no es fantasía.

PUNTUACIÓN: ★★★★★

Booktrailer

Y los humanos fallamos. Los humanos tenemos defectos. Tenemos necesidades, deseos y toda clase de emociones. No somos personajes de cuento. Por otro lado, también hay personas maravillosas ahí fuera que convierten el mundo en un lugar mejor, que no pierden la confianza ni cuando otros tiran su trabajo por tierra.