Los límites de nuestro infinito | Autor: Marc Levy | Traductora: Isabel González-Gallarza | Editorial: Planeta
Publicado en 2015 | 336 Páginas | 5.95€ | ISBN: 978-84-08-14157-0

Sinopsis: Agatha ha pasado más de la mitad de su vida entre rejas. Ahora, con más de sesenta años, decide escapar: ha llegado el momento de vivir la vida que le arrebataron. Milly, una joven estudiante universitaria en Filadelfia, lleva una vida sencilla y sin un rumbo claro, hasta que Agatha se cruza en su camino. Aparentemente nada las une, pero juntas realizarán un viaje de cinco días a través de Estados Unidos que marcará un antes y un después para las dos. Aunque veinte años las separan, compartirán aquellos sueños que nunca es tarde para cumplir y evocarán esos amores que no se apagan jamás.
Al igual que Julia y su padre en Las cosas que no nos dijimos, Agatha y Milly se convierten en dos personajes inolvidables, entrañables y únicos, que demuestran que juntos somos mejores y que es posible ver el futuro con nuevos ojos.

Había oído hablar mil y una veces sobre Marc Levy, había visto su obra en diferentes librerías, pero no fue hasta el mes de julio cuando me hice con uno de sus libros y me adentré en la que es su historia. Gracias a ella, he descubierto un autor que escribe novelas realistas, pero sin llegar a ser dramáticas; divertidas, pero serias; distendidas, pero con un trasfondo mayor de lo aparente; exactamente lo que adoro leer. Al menos, esta ha sido la primera impresión que ha causado el autor en mí con la historia de la que a continuación voy a hablar más detalladamente.

Los límites de nuestro infinito narra la historia de Milly, una joven de treinta y un años que, siguiendo con su rutina diaria, se detiene de camino a casa para rellenar el depósito en su gasolinera habitual. Allí conocerá a Agatha, treinta años mayor que ella, que se subirá al coche de esta, obligándola a conducir hasta San Francisco. Así, Milly y Agatha, recién fugada de la cárcel, emprenderán un viaje por Estados Unidos que las marcará tanto a una como a la otra.

Aprovechando que ambos personajes no se conocían hasta el momento, Marc Levy consigue que, mediante las conversaciones que mantienen, la una conozca en mayor profundidad a la otra así como lo hace también el lector o lectora. Por un lado, Milly le cuenta a Agatha cómo es su vida actualmente; conversan sobre su mejor amigo, su trabajo o su novio... a raíz de las llamadas que tiene que hacer para explicarles por qué no va a volver en unos días. De este modo, Agatha le da una serie de consejos en base a su experiencia en la vida, la cual es esencial para descubrir qué la ha llevado a la cárcel. Aunque, en relación a descubrir el porqué de esto último, no solo será ella la que arroje claridad al asunto, sino también algunos amigos a los que hacía mucho tiempo que no veía, pero que visitará a lo largo del viaje.

Junto a sus amigos, Agatha pertenecía al movimiento SDS (Students for a Democratic Society), un movimiento activista que se desarrolló durante los años 60 que, según este personaje, estaba "constituido por cientos de miles de jóvenes que creían en la inminencia de una revolución". Pero no es el único aspecto histórico que se explora, pues también se hace mención a la generación Beat, movimiento literario de los años 50, y a figuras relevantes en esa época que tuvieron relación con el activismo. Es este componente el que creó un mayor interés en mí a la hora de la lectura, pues no conocía muchos de los conceptos anteriores, y captaron mi atención desde su primera aparición.

Pero además de conocer a unos personajes entrañables y aprender sobre lo ocurrido en los sesenta, leyendo esta novela, uno vive una alocada, y emocionante, aventura. Que a Agatha la estén buscando, implica que le quede poco tiempo, pero ¿poco tiempo para qué? Se trata de un road-trip con demasiadas incógnitas de por medio, a la par que un viaje para disfrutar del camino y no preocuparse por el destino.

En conclusión, Los límites de nuestro infinito es una historia, que transcurre Estados Unidos a través, protagonizada por dos mujeres sin relación ninguna. Partiendo desde cero y del desconocimiento, consiguen comprenderse mejor así mismas y pasar página.

PUNTUACIÓN: ★★★★✩
Después de escribir novelas como La Flor Púrpura o Medio Sol Amarillo, Chimamanda Ngozi Adichie es invitada a ofrecer una conferencia, en la que decide hablar sobre el feminismo, confiando en "iniciar una conversación necesaria". Cinco años después, puede afirmar que lo ha conseguido.

Esa charla es conocida como We should all be feminists (Todos deberíamos ser feministas), lema más que cierto y que probablemente hayáis escuchado más de una vez. Posteriormente, en 2014, fue revisada y publicada en papel, consiguiendo llegar a mucha más audiencia de la que ya tenía. Si bien os invito a leerla, para poder interiorizar lo que en ella se expone, también podéis verla a continuación (activando los subtítulos, si es necesario):



En Todos deberíamos ser feministas se ofrece una visión generalizada del feminismo, introductoria, cercana, puesto que a la conferencia podía asistir cualquier tipo de público. Ngozi Adichie incluye, para ilustrar el tema, algunas de sus vivencias, que, por lo menos a mí, me han ayudado a darme cuenta de situaciones que deberían cambiar, pero de las que antes no era consciente. Se trata de un discurso con el que reivindica los derechos de los mujeres desde lo cotidiano y  hace un llamamiento a todos los hombres y mujeres al feminismo, como bien señala en este fragmento:

La definición que doy yo es que feminista es todo aquel hombre o mujer que dice: «Sí, hay un problema con la situación de género hoy en día y tenemos que solucionarlo, tenemos que mejorar las cosas».
Y tenemos que mejorarlas entre todos, hombres y mujeres.


Por otro lado, Querida Ijeawele: Cómo educar en el feminismo, que escribe cuando una amiga le pide que le enseñe, precisamente, cómo educar a su hija como feminista. De este modo, recoge una serie de claves, a mi juicio, muy bien seleccionadas, con las que lanza una mirada crítica sobre la sociedad, revisando prejuicios, estereotipos, roles de género... normalizados, cuando no deberían estarlos. Sobre ellas se nos invita a reflexionar con el fin de deconstruirnos y reconstruirnos como personas, y feministas. Eso sí, algunos conceptos son más generales que otros, es decir, se desmarcan del ámbito feminista y se centran únicamente en el personal.

Como es deducible, recomiendo a todo el mundo la lectura tanto del uno como del otro, pues ambos se completan, aportando cosas que le pueden ser de utilidad a uno en su vida diaria. Aunque, en ciertos párrafos, cambiaría la manera de expresar algún que otro concepto, pienso que tanto Todos deberíamos ser feministas como Querida Ijeawele son imprescindibles.